Last train home



Si uno no fuera tan escéptico, nada de esto habría pasado.
Todo comenzó en un viaje cualquiera. Mis amigos escogieron el destino con el viejo truco con el que soñábamos con paraderos exóticos cuando éramos pequeños: hacían girar un globo terráqueo y allí donde se posara el dedo, nos llevaría un avión.
El punto elegido fue México. Dicho y hecho, a la semana siguiente amanecimos en una ciudad extraña, con un idioma casi igual que el nuestro, pero infinitamente diferente.

Un día nos dejamos llevar por un guía local a unas ruinas no lejos de allí.

Los Aztecas, sus leyendas, sus piedras gastadas…confieso que me sentí fascinado por todo lo que iba viendo, por las historias que el guía iba hilando sin que nos diéramos cuenta. Cada paso que daba me trasladaba de golpe a cientos de años atrás en el tiempo.
Por eso, al explicarnos aquel hombre bajito, moreno y con bigote(mexicano estándar) que él mismo era descendiente directo de aquel pueblo, me reí. No fue una sonrisa disimulada. No. Solté una carcajada que pudo llegar fácilmente a oídos de sus “ antepasados”.

- Supongo- dije- que cualquiera en este país puede decir lo mismo. Es fácil, ¿no?. Yo también puedo decir que soy descendiente de los Reyes Católicos y nadie podría ponerlo en duda. He viajado por todo el planeta y rara vez he topado con alguien en cualquier parte del mundo que no acabe teniendo delirios de grandeza ante turistas crédulos: he conocido a la zarina Anastasia dos veces. Una de ellas era un hombre ciencuentón bajo un hechizo de luna.
- Tiene razón, señor.-dijo, inmutable- Cualquiera puede decirlo. Es cuestión de la honestidad o la cordura de cada uno el hacerlo o no. Y de la fe ( y la cordura)de cada uno creerlo o no. Pero, aunque estuviera mintiendo, debería mostrar algo de respeto. Si no, podría acabar siendo parte de alguna maldición.
- ¿Matarás a mi primogénito? ¿Se me caerá el pelo?- a esas alturas ya no podía parar de reír. Sé que estuvo mal por mi parte, pero aquel mexicano empezaba a divertirme. Hasta él reía.
- Señor, puedo asegurarle que, con el tiempo, hemos ganado bastante en compasión. Matar por matar nunca tuvo demasiado sentido. Ahora las maldiciones son más…elaboradas. Permítame…ya que tanto ha viajado…tanto mundo conoce…si tuviera que castigarle por su falta de respeto hacia mí, procuraría que siempre viviera con la sensación de que no lo conoce del todo. Ansiará viajar como un adicto necesita de su dosis para mantenerse en pie.
- Viajar por todo el mundo sin parar. Excelente. Ya no se lanzan maldiciones como antes…¿ni un pequeño conjuro? ¿Nada de colas de ratón, ojos de lechuza? Francamente decepcionante.
Me giré dispuesto a cruzar una mirada cómplice con mis amigos, que estaban bastante asustados, mirando por encima de mi hombro. Nuestro guía captó mi atención al volverme para ver qué pasaba: empezó musitando algo en una lengua desconocida, pero después se pasó al castellano. Sus ojos, aquellos ojos, brillaban como el azabache.
- Te maldigo. No habrá tierra uliginosa o seca en que puedas enraizarte. No tendrás pueblo al que llamar hogar. No encontrarás reposo. Nunca permanecerás más de una luna en el mismo lugar. Tu brújula nunca señalará el norte para que sigas perdido. El mundo será tu tumba.

Renegado, lo dejé con la palabra en la boca y me di media vuelta, camino del hotel. Nadie quiso volver a mencionar aquel episodio y, a la semana, volvimos a casa.

Dos semanas después, curiosamente, ascendí en mi empresa y me trasladaron a otro país, lejos de mi familia y de mis amigos, que a partir de entonces jugarían a dar la vuelta al globo sin mí.
5 años han pasado desde entonces y reconozco que mi nueva situación es genial.
Bueno, no tanto, en realidad.
Viajo por todo el mundo, sin parar.
Paso más tiempo en los aeropuertos que en mi casa. De hecho ni siquiera recuerdo en qué ciudad está. Tengo una llave que no sé qué puerta abre. Y sólo considero como propias dos cosas: esta maleta que arrastro conmigo y la maldición que nunca llegué a creerme.
La mayoría de las personas que conozco me envidian y yo…he marcado con rojo la tercera semana de Abril, en la que volveré a México. En la que pediré perdón por mis palabras.

Me voy, tengo una cita con la que sé que no será la mujer de mi vida, porque no tengo vida. La noche es joven en San Petersburgo y me espera una zarina. O eso dice ella. Por supuesto, esta vez, la he creído.

Mj

Esto y más en Cuentacuentos
13 Responses
  1. Mj Says:

    Se trata, familiares y amigos, de adivinar qué cinco palabras salieron al azar del diccionario, ante la mano inocente de Onaco.
    Una está clara clarísima. Las demás...soooon...


  2. Anónimo Says:

    Escéptico,avión, primogénito, uliginosa (esta seguro, no???)y zarina.
    Habré acertado una, jajajaja.

    Que historión, de verdad, original lo de la maldición, buenísimo!!! Mil felicitaciones y mil besitos


  3. Darka Treake Says:

    menuda historia!!!

    me ha gustado mucho! ese final era de esperar tras la maldición, o al menos que algo le pasase, pero lo has desarrollado bien. me ha gustado ese aire de indiferencia al final, en San Petersburgo a tomarme unas cañas con al Zarina de todas las rusias... jejejeje

    Bueno, y va mi intento...

    - escéptico
    - viaje
    - antepasados
    - inmutable
    - uliginosa

    Por cierto, tú has acertado 2 de las mías!!!
    Muy bien!! De momento, vas ganando en mi blog!!


  4. Anónimo Says:

    Jolin... hace más de una hora que llevo queriendo ser la cuarta persona en tener algo que decir y mi conexión que no me dejaba... :'(

    Pero parece ser que ya si... ¿Qué te digo? Pues que me ha encantado. Me ha parecido una historia muy buena de principio a fin y... en cuanto a las palabrejas... me copio las que ya te han dicho, porque no estoy acertando nada de nada hoy... :P

    Besotes y aplausos pesiosa!


  5. P Says:

    Uliginosa es una palabra muy sospechosa xDD


    ¿Sabes? Yo soy bastante escéptico y no creo en estas cosas... pero también soy cagueta y preferiría no arriesgarme xD


    Buen relato :)


  6. Jara Says:

    como vengo diciendo ya a muchos no me pongo a apostar por las palabras, así que me cargo la mitad del juego. La otra, la historia en sí decirte que me ha parecido original que a través de un viaje al azar llegue la maldición ( que para muchos como tu bien dices, no lo sería. Todo depende de la vida que tengas)


    pd: "Depresor Lingual" nunca te acostarás sin saber una cosa más. Gracias guapa
    muchos besos


  7. Pugliesino Says:

    Y en este mundo de bytes y hormigón que podrá, aparte de un momento cómico, conseguir una maldición de souvenir?? Una muy buena caracterización del personaje y el descendiente de "azteca" es una? Una historia que comienza pero condenada a no terner fin :)
    Y es que quiero una maldición de esas que condenen a uno a volar de un lado a otro!!*avión gratis claro.
    Una historia muy bien planteada y mejor contada.
    Un abrazo!
    azteca,uliginosa,renegado y...
    las sé ehhh??


    que las sé!! grrr cuales son!


  8. Anónimo Says:

    Se trata de adivinar? se trata de creencias y maldiciones que se cumplen? je,jé
    Buena historia amiga, como siempre.
    beso enormeeeeeeeee
    Yudy


  9. Jan Lorenzo Says:

    Me ha encantado!! Que mágico!! Y hasta me he reído un poquito... Aunque al final el protagonista me ha dado penita y todo...

    Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.


  10. Pedro Says:

    Paso d ela adivinanza :P

    El rsultado me ha encantado, esa mezcla entre lo cotidiano y la esotéricod e la maldición. Y la primera y última frases son simplemente geniales.

    Un saludo,

    Pedro.


  11. Marisela Says:

    BUENO, EL RELATO ES ESTUPENDO, PARA QUITARSE EL SOMBRERO y espero que el mexicano te perdone y no vuelvas a ser tan incrédula en lo que te queda de vida.
    Las palabras pueden ser todas, pero como te empeñas en que las adivinemos pués ahí van las que yo creo que son:
    Primogénito, zarina, azabache, uliginosa, musitando, enraizarte....
    Claro que por otro lado también pueden ser:
    delirios, crédulos, compasión, honestidad, respeto....
    O pensádolo bien, quizás sean:
    México, Aztecas, Petersburgo, terráqueo, escéptico....
    O por qué no:
    Moreno, bigote, descendiente, paraderos, destino....
    Las que sean están bien empleadas y lo que yo quiero decir es que pases una Navidad como manda la tradición aunque sea por una sola vez.
    Besos.


  12. Klover Says:

    (silbido de disimulo)

    .


  13. Anónimo Says:

    Ey! Pedazo de historia, con maldición incluída, no?

    Me has dado una idea genial con esa maldición! ;)

    Los temas de antepasados indígenas, con sus secretos y ciudades encantadas; así como en otras ciudades y otros países (por supuesto con otras maldiciones), son geniales. Me recuerdan a los libros de Preston&Child y sus aventuras por ciudades desconocidas.

    Me ha encantado, sí señorita!
    Que tengas unas buenas fiestas!

    Siento mucho no pasarme cuando debería, pero el tiempo no es tan benevolente conmigo.

    Un beso.