Ni siquiera tuvo tiempo de despedirse, con aquella repentina frase:
" Te vas, haz las maletas"
Y asi, la que había sido su vida hasta entonces, desapareció. Como los viajeros de verdad, llenó su maleta sólo con libros, y algo de ropa para amortiguarlos.
Bajó las escaleras a trompicones, queriendo decir algo, pero, en el piso de abajo, la puerta ya estaba abierta.
Sus pequeñas manos sostenían, por un lado, el equipaje de toda su vida, por el otro, se aferraban a aquella otra mano que le había alimentado durante aquellos años, en busca de algo de calor.
Cuando llegaron a la estación, otra persona se hizo cargo de él, mientras se perdía entre las piernas ajenas, en busca de alguna palabra de despedida a la mujer que le había llevado hasta allí.
Tenía 10 años y estaba realmente enfadado. Porque nadie había contado con él para aquel viaje, porque sabía que, si le dejaran, podría despedirse como lo hacen los adultos, con un fuerte apretón de manos, sus ojos clavados en los de la otra persona..." Hasta pronto" " Adios" "Nos vemos".
Pero, simplemente, le metieron dentro del tren con aquella desconocida que sólo sabía decirle que no dijera una sola palabra. Así le iba a resultar imposible.
De camino a la ciudad de destino, en lo que le parecieron días de viaje, le dio tiempo a ir perfeccionando aquella hipotética despedida. En su imaginación, moduló el tono de voz, escogió las palabras adecuadas, ensayó el gesto inolvidable que le dan a las despedidas ese no sé qué.
Cuando el tren paró y bajó agarrado a aquella mano extraña, comprendió que no volvería a su lugar de origen hasta mucho después.
La diferencia de aquel lugar con su ciudad era que, en este sitio desconocido, los edificios seguían en pie. La guerra no existía. Era un refugiado en una tierra extraña. Y ni siquiera había podido despedirse de la suya. Ni de los suyos.
Creció como un niño normal, pero, en las sombras de su nueva habitación escribía, una y otra vez, cartas de despedida.
Todo aquello que había dejado atrás: su perro Ruby, sus hermanas mayores, sus profesores, sus padres, el panadero que le regalaba croissants los domingos...todos, tuvieron la suya. Incluso a veces, impulsado por la valentía, llegaba hasta el buzón de la esquina, sobre en mano. Pero no había dirección a la que enviarlo. Solo le quedaba reescribir.
Un día, después de finalizada la guerra, después de acabada su infancia, volvió.
Desanduvo el camino de la despedida con una maleta llena de cartas.
Su tierra parecía otra, quizá por los estragos de las batallas, quizá por lo desteñido de su mirada.
Pero encontró su barrio, su puerta. Otros colores, pero llenos de vida...
Un perro que no era el suyo, familias aparentemente felices, un joven panadero regalando un croissant a un niño con pecas.
Y sonrió. Se acercó al puente que dividía su calle en dos y arrojó la maleta ante la atenta mirada de los niños que jugaban en la orilla del río.
Quizá, pensó, sea mejor que no haya tiempo para despedidas. Por muchos adioses que nos inventemos, la vida sigue.
Mj
Esto y más en Cuentacuentos
Una historia como sacada de la realidad, hace aproximadamente un mes vi una obra de teatro que se llama "Los niños de Morelia", escrita por Victor Hugo Rascón Banda, que habla precisamente de los niños españoles que trajeron a México durante la guerra, y sólo algunos pudieron regresar mucho tiempo después, con muchas preguntas a cuestas.
Saludos!
muy bonito. ¡saludos!
"Por muchos adioses que nos inventemos, la vida sigue" me ha encantado esa frase, no creo que exista un mejor final para una historia que nace a partir de una frase como la de esta semana!
Mil besotes wapísima!
Joe me ha gustado mucho. Al final el niño se dio cuenta de lo verdadermaente importante. No pudo despedirse y se fue no sabiendo muy bien por qué. Pero el tiempo pasa, ahí le has dado, la vida sigue y la destrucción se vuelve construcción y la muerte se vuelve vida. Y la ida se convirtió en vuelta años después, con una nueva mirada, un nuevo fin.
Un abrazo!
Muy buena la frase final. Y buen relato me ha gustado. También me gusta tu nuevo blog es muy acogedor y el diseño original.
Un abrazo!
Una historia preciosa y muy bien contada. Y un final mejor que toda la historia en sí, una frase estupenda para acabar un relato tan bueno.
Un besito
Estoy de acuerdo con Máría, el relato perfecto, pero la última frase...buf! me quedo con ella...¿puedo?
Besotes
maravilloso guapa! muy bueno,es enternecedor, la ambientación es muy buena y la visión del niño se sale.
ole, ole y OLE!
un besito guapa
pd. bonito blog ;)
Yo también te aplaudo con fuerzas tanto por el gran cuento que nos has regalado como por tu nuevo blog.
Besitossssss
Buen relato, real y actual, que aún hoy después de tantos años sigue doliendo a España.
Besos y saluditos
Si es verdad que el tiempo pasa, no espera por nada ni por nadie... y aunque te quedes anclado en tus recuerdos, en tu pasado, eso no cambia las cosas.
Me ha gustado mucho, es preciosa la historia y ese punto de vista del niño... le da una ternura que la hace aún más bonita.
Besos!!
Hola niña! Después de unos días perdido, he de reconocer que a pesar de todo te he leído,jeje, y que este cuento me pareció magnífico. Deespués de todo...la vida sigue, sep
Besos, doctora! ^^
Sip, la vida sigue y nosotros también... me has arrancado una sonrisa y un escalofrio...
Que arte tienes! Me ha gustado mucho, pero mucho.
Besotes
¡aiiiinsssss qué bonito! Qué dulce, no sé me ha gustado muchísimo, como muy simple pero muy verídico...!!
Quitando alguna que otra tilde ausente (y es que soy una maniática).
un besito de fresas!!
Que dificil es dar el primer paso eMJi,más parece ser que la puerta està abierta, bien, comenzaré a andar o mejor a escribir desde aquí, la ruta es larga y el tiempo escaso antes de que vuelva a cerrarse :)
Un relato cuya narración se abre camino entre la irracionalidad llevando consigo aquello que mueve el mundo, la esperanza. Son tus palabras ese ave fénix que se niega a formar parte del pasado, que desea vivir y transformar sus lágrimas, ira u odio en vida, porque al fin y al cabo está vivo. Todo un cuento muy real del que deberían conocer muchos niños de paises desvatados por la sinrazón.
Un abrazoo!!
Sé que llego tarde, pero es que esta semana estuve un poco liada con un "asunto" que pedía toda mi atención... Sé que tú me entenderás, verdad socia??? jajajajaj....
Es una pasada tu relato tía, me ha encantado, aunque es un poco triste que no pudiese despedirse en condiciones...
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Pues aquí seguimos...menos mal que me ha dado por leerte todo (porque lo voy a hacer...todo.todo-todo...como en el anuncio de la niña repelente...) si no me hubiera perdido esta maravilla...Solo decirte...que no me emociono con facilidad...y hoy ha tocado! un besito maestra!